Claustro de la Catedral de Tarragona.
Uno de los espacios que más gusta visitar cuando viajo son los claustros. Y entre todos los que últimamente he conocido el que más me ha gustado ha sido el de la Catedral de Tarragona.
Erigida donde en época antigua estuvo el templo dedicado a Augusto, sorprende por la belleza de su interior y el gran tamaño del mismo.
Sin embargo, si tengo que elegir me quedo con su claustro, al que se accede por una portada románica historiada. Todo él es una mezcla de estilos ya que mientras que las bóvedas ya son de crucería gótica, los capiteles de las columnas son románicos, su construcción se remonta al siglo XIII.
De gran tamaño y de forma casi cuadrada otorga la paz y la serenidad de estos espacios de piedra y nos narra historias diferentes a través del material constructivo tallado por los maestros canteros medievales.
Entre todas las narraciones, la más singular es la de la llamada “procesión de las ratas”, una curiosa fábula que os recomiendo contemplar.
Así pues, no puedo dejar de recomendar este lugar de sosiego dentro de la bella catedral de Tarragona para gozar de sus tracerías góticas, su torre de vetustas campanas y del pequeño jardín del centro. Toda una delicia.
Primavera en Anoia.
Cuando Jordi me propuso participar en este post sobre los lugares más bonitos de Cataluña enseguida supe cuál sería mi aportación: la primavera en Anoia. Podía haber elegido alguna iglesia románica de las que he visitado recientemente. O algún castillo. Incluso uno de esos rincones catalanes en los que un río y un puente forman una imagen de postal. Sin embargo no he sido capaz de pensar en ningún monumento ni espacio natural más bello que el que conocí cuando visité la comarca barcelonesa de Anoia la pasada primavera.
Imaginad una carretera comarcal sin tráfico. Circuláis en dirección a algún pequeño pueblo o en busca de algún castillo. Y de repente ante vosotros empiezan a aparecer uno tras otros inmensos campos de flores amarillas entre los que sobresale alguna masía. En el horizonte, el cielo azul. O quizás alguna colina coronada por los restos de un castillo medieval. No puedes resistir la tentación de parar el coche y bajar para contemplar ese regalo primaveral. Fuera huele a campo, a flores. La brisa es fresca y agradable. Mece las flores y las espigas ya crecidas. El único sonido que se escucha es el canto de los pájaros.
Después de haber visto y sentido la primavera en Anoia, ¿creéis que puedo encontrar algún lugar más bonito en tierras catalanas? Me temo que no.
Vall de Núria.
Tener que efectuar elección sobre uno de los lugares más bonitos de Cataluña es un brete muy complicado, máxime cuando se le tiene un apego y cariño especial a esta parte de España. Pero ¡mira por donde! el nombre de mi mujer, y de más parte de la familia, es Nuria, así que asunto resuelto: Os voy a sugerir la visita al emblemático y precioso Vall de Nuria, junto con el de Ribes.
Se localizan al noreste de las provincia de Girona, uno dentro del otro al ser el de Ribes el de mayor extensión, en pleno Pirineo Oriental. Esta comarca del Ripollés, formada por los municipios de Campelles, Pardines, Planoles, Queralbs, Toses y Ribes de Freser, esta última localidad principal y capital económica, nos muestra como el respeto a la ecología es la seña de identidad del valle y de la que se sienten orgullosos los nativos.
Estamos en alta montaña. Los inmensos prados, los bosques de pino negro, el ganado, los matorrales de rododendro, el agua cristalina de sus ríos, forman parajes espectaculares fácilmente admirados al introducirse en cualquiera de sus rutas de montaña o, de forma más fácil, al ascender en tren cremallera desde Ribes hasta los pies del Monasterio de Nuria. Allí, podrás cumplir con la tradición de introducir tu cabeza en la campana y admirar la valiosa talla del siglo VIII, la de la Virgen Negra, la de Nuria. Ni que decir tiene que tampoco puedes dejar de desaprovechar la ocasión para visitar verdaderas joyas del románico como, por ejemplo, la iglesia dedicada a San Jaume, en Queralbs. Y si del yantar se trata, que mejor que hacerlo en compañía de la familia Solá, en el Els Caçadors de Ribes. ¡Ganas me dan de volver de inmediato!
Roca de los Moros o Cueva de El Cogul.
En una zona desconocida de la provincia de Lleida, rodeada de olivos, de cavanes de volta (cabañas de pastores ejemplo de arquitectura popular), de localidades en las que parece que el tiempo se detuvo hace mucho tiempo, se sitúa la Roca de los Moros uno de los yacimientos más importantes del denominado Arco Mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Un lugar sagrado, sereno, tranquilo, repleto de arte rupestre e historia que puedes conocer en el Centro de Interpretación del Cogul, un impresionante edificio integrado sabiamente en el entorno.
La cavidad utilizada durante más de 5.000 años por el ser humano como lugar sagrado se complementa con la cercana necrópolis del Salar, ubicada a tan solo dos kilómetros a la que recomendamos llegar paseando a través del áspero y atrayente paisaje de Les Garrigues que a veces recuerda a zonas desérticas.
La necrópolis cuenta con el conjunto de tumbas antropomorfas de origen árabe más importante de Cataluña configurando un espectacular paisaje de roca, olivares y flora mediterránea.
La ruta del río Set permite llegar hasta estos dos bellos lugares de las Terres de LLeida, un itinerario muy bien señalizado que puedes complementar con propuestas para conocer el famoso aceite de Arbeca o productos locales.
Pont del diable.
Durante muchos años hemos ido a la Costa Dorada a disfrutar de sus playas y casi siempre pasábamos por la autopista AP-7, donde veíamos a lo lejos el imponente acueducto romano llamado “Pont del Diable”. Por fin, nuestra curiosidad se calmó cuando en la primavera del año pasado (2016) decidimos de una vez parar en el área de descanso (kilómetro 246 dirección Tarragona) que se encuentra cerca de él y observar el grandioso monumento, que además está enclavado en un paraje extraordinario, un precioso bosque de pino mediterráneo.
Aparcamos en la citada área y seguimos un camino de rampas de madera, donde pudimos obtener las primeras vistas de esta magnífica construcción. Llegados al final de la rampa, se puede elegir entre las dos veredas que se internan en el bosque. La de la derecha lleva arriba del acueducto y se puede andar encima del él (está adaptado para hacerlo, pero no recomendable para personas con vértigo) la senda de la izquierda lleva hasta la base y se puede observar desde abajo.
El llamado Pont del Diable, quizás por las leyendas que giran alrededor suyo, en realidad tiene el nombre de Acueducto de les Ferreres. Tiene más de 2000 años, pues fue construido en época del emperador Augusto en el siglo I para suministrar agua desde el río Francolí a la ciudad de Tarraco.
Es uno de los 14 grandes acueductos romanos más monumentales y bien conservados de España y el más importante de Cataluña. Declarado Bien Cultural de Interés Nacional desde 1905 y Patrimonio Mundial de la Humanidad formando parte del denominado “Conjunto Arqueológico de Tarraco”. Sus dimensiones son espectaculares, mide 217 metros de largo y 27 metros en su altura máxima. Consta de dos niveles de arcos superpuestos construidos con bloques de piedra unidos en seco sin argamasa, al igual que el de Segovia. Aseguramos que no se pierde el tiempo parando unos minutos, para contemplar la belleza de este lugar y del testigo mudo de la historia que es este coloso monumento que es, desde luego, uno de los más bonitos de Cataluña.
Convento de San Agustín en Barcelona.
Uno de los lugares únicos de Cataluña, queda escondido en las callejuelas del barrio de la Ribera. El Convento de San Agustín, se empezó a construir en el 1349 para albergar a los monjes agustinos que años más tarde se trasladaron al barrio del Raval.
La antigua iglesia, hoy día desaparecida, contaba con un retablo de estilo gótico que se puede ver en el MNAC. De esa época, podemos ver el bello claustro gótico del siglo XIV, que es el patio del Centro Cívico que tiene el mismo nombre que el convento.
El patio es un lugar especial de Barcelona ya que es un remanso de paz, historia y punto de encuentro de locales. Intenta escapar de las típicas rutas turísticas por la masificada ciudad y así mantener su carácter y encanto. Os recomiendo a tod@s acercaros una tarde para disfrutar de esta joya de nuestra Barcelona.
Y con el Convento de San Agustín terminamos esta lista de los lugares más bonitos de Cataluña. Como siempre en este caso, se podría argumentar que no están todos los que son pero sí que son todos los que están. Y para vosotros, ¿cuál es el lugar más bonito de Cataluña?
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