18. Empúries
Las cálidas aguas del mediterráneo acarician la costa de Empúries y han recogido a embarcaciones y civilizaciones durante siglos. Este pequeño puerto en la Costa Brava fue ocupado por una colonia griega en el año 575 aC y los restos de su paso por aquí todavía se doran al sol cada día. Al igual que lo hacen los restos de la ciudad que los romanos construyeron justo al lado y que también disfruta de unas vistas privilegiadas. Si la visitas, tómate tu tiempo y disfruta del aire relajado del lugar, explora cada rincón, come algo en la vecina Sant Martí d’Empúries i date un baño junto a un espigón en la playa que tiene más de 2.000 años. ¿Dónde podrías hacer algo igual?
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