La Fageda d’en Jordà. (Catalunya).

Parece ser que en el siglo III ya había una fortaleza romana y en el siglo VIII, los sarracenos edificaron un castillo, el cual formaba parte del territorio musulmán de Siurana, pero lo cierto es que los primeros documentos escritos datan de 1153, año en que se fundó el monasterio de San Miguel sobre los restos de la antigua edificación, construcción impulsada por Alfonso I que lo cedió al arzobispado de Tarragona. Durante más de seis siglos fue el centro de la gran Baronía de Escornalbou, hasta que en 1835 los monjes franciscanos que la habitaban fueron expulsados ​​debido a la desamortización de Mendizábal. Fue en 1911 cuando el reusense Eduard Toda (1855-1941) adquiere el antiguo castillo-monasterio en ruinas y lo convierte en una gran residencia burguesa.

Eduard Toda fue un filántropo, diplomático, historiador, escritor y un hombre de una gran cultura, uno de los primeros egiptólogos y el presidente del patronato de la restauración del monasterio de Poblet, donde tiene su sepultura.

La restauración del Castillo – Monasterio de Escornalbou tiene una imprenta muy personal y consta de algunos elementos fantasiosos, como las torres medievales que hizo construir Toda. De las edificaciones medievales, sólo se conservan la iglesia románica, restos de la sala capitular y la estructura del claustro, que es un espléndido balcón sobre el Camp de Tarragona y las montañas de Prades. La residencia muestra unas estancias con rico mobiliario, una biblioteca espléndida y varias piezas de colección de los viajes del propietario, quien ejerció la actividad diplomática en Macao, Hong Kong, Shangai, Egipto y en diferentes países de Europa.

Tras pasar por diferentes manos, actualmente es propiedad de la Diputación de Tarragona y de la Generalidad de Cataluña, gestionado por el Museo de Historia de Cataluña.

Es una visita muy recomendable, tanto por los edificios en sí mismos, como por las vistas y por el magnífico entorno que merece un buen paseo, y – por qué no – para dejarse impregnar del espíritu de Eduard Toda.

La Fageda d’en Jordà.

Sin duda, para nosotros, uno de los lugares más bonitos de Cataluña es este pequeño bosque de hayedos ubicado en el corazón de la comarca de La Garrotxa, cerca de Girona. Dicen que la mejor época para visitar “La Fageda d’en Jordà” y hacer una ruta de senderismo por entre sus numerosos hayedos es el otoño, cuando las hojas se entremezclan entre tonos rojizos y naranjas creando de ese modo un efecto de bosque encantado. Este hayedo es único en la península, ya que crece sobre un terreno bastante llano a una altitud más baja de lo habitual para este tipo de árboles.

Nosotros hicimos una escapada de un fin de semana a la Garrotxa en verano, y aprovechamos la ocasión para visitar este particular bosque. Aunque los tonos estaban aún en su esplendor, de colores verdes y amarillentos, el paraje era igualmente bello, tanto que le granjea un puesto directo en nuestro particular ranking de lugares más bonitos de Cataluña. Además de pasar un par de horas disfrutando de la naturaleza en su esplendor también podéis visitar la cooperativa de La Fageda d’en Jordà para conocer de primera mano su obra social y degustar sus deliciosos productos lácteos.

El castillo de Montsoriu por Cèlia i Enric de Quaderns de Bitàcola

El castillo de Montsoriu, situado en el Parque Natural del Montseny, es uno de los recintos medievales más imponentes de Cataluña y, a nuestro juicio, uno de los lugares más bonitos de Cataluña. Se encuentra situado entre las poblaciones de Arbúcies y Sant Feliu de Buixalleu, muy cerca de las Guilleries, en la comarca de la Selva. Desde su enclave, una colina de unos 600 metros de altura y en medio de un paraje bien verde se tiene el privilegio de ver el valle del Tordera, Maresme y el litoral de la Costa Brava.

En su origen, el castillo de Montsoriu fue una gran fortificación militar, y desde mediados del siglo XIV se convirtió en un palacio gótico, donde vivieron los vizcondes de Cabrera, una de las estirpes catalanas más nobles de la época. Más tarde sus funciones pasaron a ser estrictamente defensivas y a día de hoy, desde 2011, está abierto al público.

A la hora de hacer la visita guiada, se debe tener en cuenta que se debe reservar hora previamente a la web (las plazas son limitadas) y que sólo se puede llegar caminando desde el aparcamiento más cercano. La opción más fácil es ir en coche desde Arbúcies o desde Breda hasta el aparcamiento del cuello de Castellar, y hacer la subida a pie en unos 30 minutos por una pista. Ya veréis como la subida y visita vale la pena!